El filtro de aire nuevo empieza con alto flujo de aire. Poco a poco logra mayor eficiencia mientras se tapona, eventualmente llegando a restringir el flujo de aire tanto que es necesario cambiar el filtro.
El manual del vehículo frecuentemente dice que se debe cambiar el filtro de aire cada 20,000 km, o 30,000 km, pero la realidad es que eso puede ser muy temprano, causando mayores gastos en compras de filtros, o muy tarde, causando mayor consumo de combustible, mayor formación de hollín en el motor y el aceite, y mayor probabilidad de chupar polvo de las juntas y grietas del sistema de entrada de aire, causando mayor desgaste del motor.
Cambiar el filtro por kilómetros recorridos, horas de servicio o apariencia visual resulta en altos gastos en filtros y/o mantenimiento. Destapando el filtro frecuentemente o a cada cambio de aceite aumenta la probabilidad de dañar los sellos, la media filtrante o la carcaza.
La única manera saber el momento correcto es colocar un medidor de restricciones en la salida del filtro. En el taller se puede conectar un medidor de columna de agua para medir cuantas pulgadas de restricción tiene cuando el motor está operando a toda carga.
Para facilitar esta medida en el campo, muchos vehículos vienen de fábrica con medidores simples en la salida del filtro o una luz en el tablero conectado a uno de estos medidores. Las fábricas indican cuanto puede ser esta restricción antes de que sea necesario cambiar el filtro.
Estos medidores simplemente miden el vacío creado por el motor cuando no puede chupar la cantidad necesario de aire del filtro. Cuando este vacío llega a lo que indica el fabricante del motor (normalmente entre 15 a 30 pulgadas en columna de agua), se cambia el color o prende una luz. Esta restricción es menos que 1 psi (0.07 bar).